HCH 13 / Noviembre 2016
Versos de pan y azúcar, por Cristina Martínez Chueca
NO ESPERABA palabras hermosas,
ni frases que envuelven promesas,
ni besos inciertos del alma.
No esperaba quererte siquiera
más allá de quimeras lejanas
… y no esperando me encuentro
con lo que ya no esperaba.
No quiero probar el cielo
con alas ya caducadas,
no quiero ya más recuerdos,
porque el recuerdo no alcanza
a ver las luces del alba,
tú sólo dame un presente
con el que jugar mañana.
PROTÉGEME hoy entre tus brazos,
que tengo frío,
júrame, para que te crea,
que las tercas lluvias paran,
y tú seguirás tranquilo
sosegado en nuestra cama.
Hoy el frío me da miedo,
y el miedo aviva fantasmas,
y los fantasmas dan frío
y el frío me hiela el alma.
Hoy necesito sentirme,
hoy necesito más calma.
QUIERO CONTARTE un secreto…
Quiero que sepas que llevo
cenizas del mismo infierno.
Rodaron sobre mi espalda
como tormentas de hierro
y aún puedo sentir sus brasas
en algún rincón del cuerpo.
Y confieso que a escondidas
todavía siento miedo.
Quiero que sepas que guardo
los gritos de algunos sueños.
Se truncaron por las ganas
de algún destino perverso
y aún puedo sentir su pena
(que es la pena que yo tengo),
y sabes que si me gritan
escucho lo que no quiero.
Quiero que sepas que entiendo
de terrores y de miedos.
Se apostillaron tremendos
y ya son sabios y viejos,
y aún me congela su frío
si en la cama no te encuentro.
Incluso a veces me gritan
que ya no quieren tus besos.
Quiero contarte un secreto…
Te quiero tanto que olvido
lo peor del peor cuento,
y quiero guardarte mejor
que al mejor de los secretos.
DÍAS en los que la gloria
se viste con trajes extraños,
días de llorar los días,
días de deudas y embargos,
días de perder los días,
días confusos y amargos.
Días en los que la noche
va de negro y a caballo,
días de olvidar los días,
días de soles pintados,
días de negar los días,
días de techos mojados.
Días en los que la vida
se resuelve entre contratos,
días de salvar los días,
días de los pies descalzos,
días de volver a días
de tantos días robados.
Cristina Martínez Chueca, Madrid, octubre de 2016
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