HCH 10 / Mayo 2016

Versos de lluvia y tierra, por Cristina Martínez Chueca

¿ESTÁS contenta?

Hace unos años saltabas

buscando siempre sorpresas,

hoy te veo deambulando por tierras secas,

con mil luces estrelladas,

vestida siempre de negro sin llevar luto en el alma,

¿es porque no te desnudas

y resbalas en palabras?

Intuyo que no estás triste

mas no te veo las ganas,

¿es que ya no sientes nada?

(28 de diciembre de 2015)

  

COMO no sabes amar

te compadezco,

porque no sabes rendirte

ni triunfar en la batalla,

porque confundes un beso con la más recia muralla,

… te compadezco,

porque no sabes gozar

el brillo de la mañana,

ni perderte en una noche,

ni acertar en la diana,

que no supiste en la vida ser de nadie veterana,

… te compadezco,

ya que nunca comprendiste

que peor ciego que tuerto,

y jamás retrocediste

ni te arrimaste a los fuegos,

nunca pisaste el infierno

ni descubriste los cielos,

… te compadezco

(28 de diciembre de 2015)

 

QUIERO COMPRENSIÓN para todos mis muertos,

exijo redención para todos mis errores,

conseguí manumisión en más de mil de mis fallos,

te aseguro que me salvo,

nunca usé pecados caros.

Recuerdo maldecir y bendecir al mismo tiempo,

llegué a ver más de mil caras de un dado que no comprendo,

en mis aciertos no espero,

te quiero igual que te pierdo,

hasta ahora siempre duermo, me escabullo y me despierto.

(28 de diciembre de 2015)

 

SI TUVIERA que contarte un cuento bello,

bello, bello y más bello (hasta agotar la palabra),

escribiría tu nombre pero la última letra sin acabarla,

para nunca poner Fin y hacer la historia más larga.

(que tu nombre lo merece, ¡por ser tuyo!

y algo nuestro porque ¡tanto, tanto te queremos!).

Te queremos tanto que ten por seguro

            que siempre habrá cuentos al pie de tu cama,

            aunque no hace falta porque tú ya eres

            las más grande historia jamás inventada. 

Si tuviera que contarte un cuento bello,

bello, bello y tan bello que hay que usar otra palabra,

escribiría tu nombre, y de él saldrían destellos,

y pediría tu ayuda que tú sí que sabes contar bellos cuentos,

(ssshhh… ¡ahora hay que guardar silencio!

Noa duerme en su sonrisa con un cuento entre los sueños).

(28 de diciembre de 2015)

  

DÉJAME colarme algún ratito en tu camisa,

deja que me mate por un día, que mañana resucito,

tú deja que busque algún descanso en tu mejilla,

hoy te dejo y te quiero, y más tarde te repito.

Tengo que sentarme y calentar mis manos frías,

vamos encendiendo la caldera, saco vino,

ya bien me conozco de tu mundo la salida,

sé saltar sin daño del exceso de tu abismo.

Debo protegerme de estos infernales días,

aunque después me arrepienta tolero tus desatinos,

hoy pretendo exonerarme de mi realidad perdida,

hoy quiero gritar bien fuerte

yo grito, tú también grita.

(28 de diciembre de 2016)

 Cristina Martínez Chueca, Madrid, diciembre de 2015